El cobre, de símbolo Cu (del
latín cuprum), es el
elemento químico de
número atómico 29. Se trata de un
metal de transición de color rojizo y
brillo metálico que, junto con la
plata y el
oro, forma parte de la llamada
familia del cobre, caracterizada por ser los mejores conductores de electricidad. Gracias a su alta
conductividad eléctrica,
ductilidad y
maleabilidad, se ha convertido en el material más utilizado para fabricar
cables eléctricos y otros componentes
eléctricos y
electrónicos.
El cobre forma parte de una cantidad muy elevada de aleaciones que generalmente presentan mejores propiedades mecánicas, aunque tienen una conductividad eléctrica menor. Las más importantes son conocidas con el nombre de
bronces y
latones. Por otra parte, el cobre es un metal duradero porque se puede
reciclar un número casi ilimitado de veces sin que pierda sus propiedades mecánicas.
Fue uno de los primeros metales en ser utilizado por el ser humano en la
prehistoria. El cobre y su aleación con el
estaño, el bronce, adquirieron tanta importancia que los historiadores han llamado
Edad del Cobre y
Edad del Bronce a dos periodos de la Antigüedad. Aunque su uso perdió importancia relativa con el desarrollo de la
siderurgia, el cobre y sus aleaciones siguieron siendo empleados para hacer objetos tan diversos como
monedas,
campanas y
cañones. A partir del
siglo XIX, concretamente de la invención del
generador eléctrico en
1831 por
Faraday, el cobre se convirtió de nuevo en un metal estratégico, al ser la materia prima principal de cables e instalaciones eléctricas.
El cobre posee un importante papel biológico en el proceso de
fotosíntesis de las plantas, aunque no forma parte de la composición de la
clorofila. El cobre contribuye a la formación de
glóbulos rojos y al mantenimiento de los
vasos sanguíneos,
nervios,
sistema inmunológico y
huesos y por tanto es un
oligoelemento esencial para la vida humana.
[9]El cobre se encuentra en una gran cantidad de alimentos habituales de la dieta tales como ostras, mariscos, legumbres, vísceras y nueces entre otros, además del agua potable y por lo tanto es muy raro que se produzca una deficiencia de cobre en el organismo. El desequilibrio de cobre ocasiona en el organismo una enfermedad hepática conocida como
enfermedad de Wilson.
[10]El cobre es el tercer metal más utilizado en el mundo, por detrás del
acero y el
aluminio. La producción mundial de cobre refinado se estimó en 15,8 Mt en el 2006, con un déficit de 10,7% frente a la demanda mundial proyectada de 17,7 Mt.
[11]El cobre, de símbolo Cu (del
latín cuprum), es el
elemento químico de
número atómico 29. Se trata de un
metal de transición de color rojizo y
brillo metálico que, junto con la
plata y el
oro, forma parte de la llamada
familia del cobre, caracterizada por ser los mejores conductores de electricidad. Gracias a su alta
conductividad eléctrica,
ductilidad y
maleabilidad, se ha convertido en el material más utilizado para fabricar
cables eléctricos y otros componentes
eléctricos y
electrónicos.
El cobre forma parte de una cantidad muy elevada de aleaciones que generalmente presentan mejores propiedades mecánicas, aunque tienen una conductividad eléctrica menor. Las más importantes son conocidas con el nombre de
bronces y
latones. Por otra parte, el cobre es un metal duradero porque se puede
reciclar un número casi ilimitado de veces sin que pierda sus propiedades mecánicas.
Fue uno de los primeros metales en ser utilizado por el ser humano en la
prehistoria. El cobre y su aleación con el
estaño, el bronce, adquirieron tanta importancia que los historiadores han llamado
Edad del Cobre y
Edad del Bronce a dos periodos de la Antigüedad. Aunque su uso perdió importancia relativa con el desarrollo de la
siderurgia, el cobre y sus aleaciones siguieron siendo empleados para hacer objetos tan diversos como
monedas,
campanas y
cañones. A partir del
siglo XIX, concretamente de la invención del
generador eléctrico en
1831 por
Faraday, el cobre se convirtió de nuevo en un metal estratégico, al ser la materia prima principal de cables e instalaciones eléctricas.
El cobre posee un importante papel biológico en el proceso de
fotosíntesis de las plantas, aunque no forma parte de la composición de la
clorofila. El cobre contribuye a la formación de
glóbulos rojos y al mantenimiento de los
vasos sanguíneos,
nervios,
sistema inmunológico y
huesos y por tanto es un
oligoelemento esencial para la vida humana.
[9]El cobre se encuentra en una gran cantidad de alimentos habituales de la dieta tales como ostras, mariscos, legumbres, vísceras y nueces entre otros, además del agua potable y por lo tanto es muy raro que se produzca una deficiencia de cobre en el organismo. El desequilibrio de cobre ocasiona en el organismo una enfermedad hepática conocida como
enfermedad de Wilson.
[10]El cobre es el tercer metal más utilizado en el mundo, por detrás del
acero y el
aluminio. La producción mundial de cobre refinado se estimó en 15,8 Mt en el 2006, con un déficit de 10,7% frente a la demanda mundial proyectada de 17,7 Mt.
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